Teletrabajo en España: una medida que debería quedarse

Teletrabajo en España: una medida que debería quedarse

Marketing - Redactor

La crisis causada por el coronavirus y el confinamiento de la población para luchar contra el avance del covid-19 han tenido un impacto notable en la sociedad, en las empresas y en nuestras rutinas de trabajo. La aplicación de las normativas que restringen el movimiento de la población ha obligado a muchas compañías a descubrir e implementar el teletrabajo, en una medida casi desesperada por mantener su actividad. Si no permiten a sus trabajadores llevarse el trabajo a casa, no podrán seguir siendo operativos,

Para muchas empresas, esto supone moverse en un terreno completamente nuevo. Hasta el estallido de la crisis, el teletrabajo –a pesar de todas sus ventajas– no era una práctica muy extendida en España.

Una estadística de Adecco de hace ahora un año apuntaba que, a pesar de que el 60% de los empleados desearía poder teletrabajar, solo el 7,8% de los empleados trabajaba en remoto de forma. Los datos de Statista anteriores a la crisis son mucho menos optimistas. Según sus estimaciones, solo el 4,3% de los españoles teletrajaban, una cifra inferior al 13,3% de Finlandia pero que se posicionaba en término medio en los hábitos de trabajo en remoto europeos.

Sin embargo, y aunque las empresas españolas no estaban del todo preparadas para el teletrabajo, las grandes empresas primero y las pymes después han ido dando el salto a la nube, para adoptar este formato de trabajo. Según datos de un estudio de GfK sobre el impacto del coronavirus en los hábitos de los españoles, 7 de cada 10 ciudadanos reconoce estar "trabajando total o parcialmente" desde su domicilio. Solo un 32% estaba yendo a trabajar a su espacio de trabajo habitual, la mayoría no por voluntad propia. 

Por tanto, la pandemia ha empujado a grandes empresas y pymes  de todo tamaño y de todos los sectores a descubrir el potencial del teletrabajo. La gran pregunta es ¿qué pasará cuando la crisis termine?

El teletrabajo: motivo por el que debería quedarse

Los datos advierten de que los empleados de hoy necesitan fórmulas de trabajo flexibles y opciones que faciliten la movilidad. Dado que el teletrabajo es uno más de los factores de la transformación digital de las empresas, el descubrimiento de esta práctica debería ser una llamada de atención para los gestores de las compañías. El boom de estos días debería funcionar como una suerte de test –obligatorio, cierto– del potencial del trabajo en remoto y como un punto de partida, cuando todo esto pase, para implementar el teletrabajo como parte de un proyecto de transformación digital a medio y largo plazo.

Un impulso para la transformación digital

El mercado y la evolución de las herramientas tecnológicas obligan a las compañías a estar en una transformación digital constante, ajustándose a lo que exigen trabajadores, consumidores y la presión de la competencia. El trabajo en remoto es uno de los elementos de base que permiten a las compañías ser mucho más competitivas y eficientes, dando más flexibilidad y mucha más rapidez de movimiento. La tecnología que permite el teletrabajo debería, además, contribuir a la productividad, permitiendo a los empleados trabajar de manera eficiente desde cualquier lugar y en cualquier momento.

Ventajas del teletrabajo, si se implementa bien

Los beneficios del teletrabajo son múltiples, tanto para el empleado como para la propia empresa. Abre la puerta a la conciliación o a la flexibilidad horaria, pero también hace más fácil reducir los tiempos de respuesta a los problemas o la retención del talento profesional.

Además, las ventajas conjuntas del cloud computing y el teletrabajo son muy elevadas. El Digital Workplace no solo permite que el trabajador pueda llevarse su carga de trabajo a casa cuando lo requiera, sino que permite una continuidad sin fallos entre la oficina y cualquier lugar en el que tenga que desempeñar su tarea. De hecho, se podría decir que la oficina le acompaña siempre en sus dispositivos.  Esto es además muy importante para las pequeñas empresas. El teletrabajo para la pyme es una vía para impulsar la competitividad.

El futuro del espacio de trabajo

En conclusión, las empresas deberían asumir que este salto al teletrabajo ha sido una prueba de fuego y una llamada de atención. La transformación del espacio de trabajo es ya una realidad a la que no pueden escapar y la crisis del coronavirus una demostración práctica de que, quienes han gestionado mejor los problemas, han sido quienes habían empezado ya su transformación digital y contaban con una cultura corporativa tecnológica.

Cuando todo termine, las empresas no deberían volver a la casilla de partida. Deberían asumir que tienen una oportunidad para hacer bien las cosas.

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