La importancia de la Transformación Digital
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Si pudiésemos viajar en el tiempo hasta mediados de los años 90 para hablar con un consultor de estrategia corporativa, posiblemente nos sorprendería descubrir lo que pensaba que iba a traer el futuro. Al fin y al cabo, hablamos de una época en la que internet o los teléfonos móviles no parecían algo que fuese a llegar a todo el mundo. Si ese gestor nos acompañase de vuelta al presente, seguro que también se sorprendería enormemente de la transformación que han vivido los negocios y la evolución de todo lo que estos tienen a su disposición.
La transformación digital no tiene horizonte
En las dos décadas que llevamos de siglo XXI, la transformación digital ha sido profunda y brutal, cambiando por completo la esencia de cómo se hace negocio y de cómo se consume. La transformación digital ha abierto nuevas oportunidades, ha cambiado las empresas y ha obligado a sus gestores a comprender y adaptarse a los cambios, cambios que se producían a la velocidad de la luz.
Uno de los grandes cambios que han vivido las empresas en la última década ha sido la consolidación de la era digital y del cloud computing. Las compañías han comprendido que la digitalización y la incorporación de las nuevas tecnologías era inevitable. La década nos ha traído los smartphones, el big data, el boom del ecommerce o las redes sociales. A las empresas no les queda más remedio que tenerlo en cuenta para seguir siendo competitivas.
Además, y a pesar de lo mucho que han cambiado las cosas, la transformación digital no es un proceso con fecha de cierre. La evolución es una constante y los cambios un proceso continuo en el que las empresas deben mantenerse siempre al día.
La evolución digital requiere estar siempre al día de los cambios que impone el mercado y esto no siempre es fácil para quien toma las decisiones en la empresa; normalmente CEOs y gerentes, a quienes resulta difícil seguir el ritmo a la innovación tecnológica ante tal velocidad de cambio, entre todas las demás tareas que su cargo conlleva. Por eso, buscar un partner experto que ayude en esa transición y sea el aliado perfecto de la empresa es clave para el éxito empresarial.
En la nueva fase de la transformación digital, lo importante no es ya tanto adoptar tecnología sino emplearla de forma eficiente para transformar la empresa y hacer que esta evolucione.
El cloud deja de ser una opción: ¡es una obligación!
Los datos sobre la evolución de la nube en Europa dejan claro su crecimiento. En 2014, según una estadística de Statista, el cloud facturaba en la UE-28 19.000 millones de euros. En 2020, se espera que cierre el año facturando 53.000 millones de euros. Este crecimiento demuestra que cada vez más empresas han dado el salto a la nube y han comprendido que el cloud no es simplemente una mejora en su día a día o un extra, sino más bien un elemento clave para sobrevivir y seguir siendo competitivas.
El cloud permite a las compañías ser mucho más eficientes y efectivas, hace que su plantilla sea más productiva y elimina muchas de las limitaciones de los entornos de trabajo tradicionales. Igualmente, y teniendo en cuenta el nuevo escenario en el que las empresas deben operar, en el que las fronteras entre lo digital y lo físico son cada vez más difusas, el cloud les ayuda a responder a estos nuevos retos.
En España, el cloud crecerá, como apuntan en una estimación de IDC que recoge Computing, en un 17% en los próximos años, superando ampliamente la media de crecimiento del 2% del sector TI. El salto a nuevos modelos cloud, como es el caso de la nube híbrida, motivará este auge de la inversión. Igualmente, también se ha democratizado el acceso de las compañías a la nube. No es solo una cuestión de grandes empresas y resulta ya también clave para las pymes a partir de este 2020.