5 cambios empresariales (buenos) que ha traído el coronavirus

Aunque muchos análisis se centran en las cosas malas que la crisis ha desencadenado y en los efectos que tendrá en la economía, el confinamiento ha sido también un propulsor para algunas buenas prácticas que eran necesarias y que se estaban resistiendo. Es lo que ocurre con la digitalización y con la incorporación de herramientas informáticas.

Tras haber ampliado su uso estas pasadas semanas, la tecnología se convertirá a partir de ahora en una pieza todavía más importante, impulsada por los buenos hábitos empresariales que, de forma colateral, ha traído el coronavirus.

Posiblemente, este ha sido el cambio más notable y el más visible. La crisis nos obligó a quedarnos en casa y, por ello, empujó a las empresas a adoptar el trabajo en remoto. Al principio de la crisis, ya se veía que el teletrabajo era un cambio que debía quedarse. Al final, es una conclusión evidente. Antes de la crisis, solo trabajaban entre el 4,3% y el 7,8% de los españoles en remoto. Durante, han llegado a hacerlo 7 de cada 10.

El teletrabajo no ha sido la única revolución que la crisis del coronavirus ha traído al espacio de trabajo. Las empresas han incorporado muchas herramientas tecnológicas para seguir siendo operativas durante estas semanas, soluciones TI ante las que a veces habían estado remoloneando.  Un ejemplo perfecto es el cloud computing, que ya entraba en los planes previos de las organizaciones y que ha salido reforzado durante estos días como clave para estar siempre operativos.

Incorporar tecnologías sobre las que aún quedaban dudas es un ejemplo perfecto de otro de los grandes cambios que ha traído esta crisis. Las herramientas tecnológicas y la cultura digital se han posicionado como la gran solución a los problemas que tuvieron que afrontar las empresas durante estas semanas. Seguir rechazándolas como motor de cambio ya no tiene sentido.

En la transformación digital, habitualmente las pymes habían ido quedándose rezagadas frente a las grandes empresas y su capacidad de ver antes el potencial de la innovación. En general, la crisis del coronavirus ha sido el empujón final que ha conectado a las pymes con la tecnología. La necesidad ha obligado, pero, tras el cambio, ya no hay marcha atrás.

Y, finalmente, todos los puntos anteriores se podrían resumir en una gran conclusión. La crisis del coronavirus ha obligado a las empresas a sumarse a la transformación digital. Algunas ya tenían unas bases sólidas y otras se han visto obligadas a subirse al tren en marcha, pero todas han tenido que ampliar su uso de las herramientas TI. Un análisis de la UNCTAD concluía, ya hace unas semanas, que la crisis había "empujado" más el salto a lo digital y adelantaba que estos cambios se convertirán en parte del día a día una vez terminada la pandemia.

Aunque posiblemente para los responsables de tecnología de las empresas este proceso de cambio ha sido una pesadilla (rápido, sin margen de maniobra, con plazos angustiosos), el trabajo que han hecho ha servido para cambiar sus empresas y sus posiciones en el mercado.

Se han digitalizado y, a pesar del contexto, con ello han ganado en competitividad y eficiencia. Se han preparado mejor para los retos que dominarán el mercado post-covid19. Un estudio ya apuntaba a principios de abril que el 70% de los marketeros esperaba que el ritmo de la transformación digital saliese de la crisis acelerado. Los cambios serán más rápidos a partir de ahora y la importancia de la digitalización mucho más crucial.

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