IoT e hiperconectividad: así cambiarán la vida cotidiana y el día a día de las empresas

Marketing - Redactor
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¿Un mundo en el que la nevera esté conectada a la red y en el que las casas saben cuándo bajar o subir las persianas? ¿Un mundo en el que tu coche esté conectado a la oficina? Hace unos años podría parecer material de ciencia ficción, pero ahora – gracias a la tecnología – ya son parte de la vida cotidiana. Ocurre gracias al internet de las cosas, (IoT, por sus siglas en inglés), que conecta los dispositivos de la vida diaria a la red. Desde el coche a la nevera, todos estarán online, generando datos y simplificando la vida de las personas.
Las previsiones apuntan a un mundo hiperconectado
Los datos de las consultoras sobre el futuro inmediato del internet de las cosas son muy optimistas. Gartner, por ejemplo, vaticina que en 2020 crecerá en un 21% el número de puntos de conexión al internet de las cosas y Forrester señala que en ese mismo año subirá el número de negocios que emplean el IoT y los servicios derivados que generan, cambiando incluso los hábitos de consumo en el espacio B2C. Será también el año que viene el gran momento del 5G, que permitirá alcanzar capacidades de navegación muy favorables al desarrollo del internet de las cosas y que asentará su desarrollo.
Por supuesto, las cosas no son las únicas que están cada vez más conectadas. Los propios ciudadanos también lo están cada vez más. Hace años ya que entramos en la era de la hiperconectividad, en la que las personas –gracias a los cada vez mejores dispositivos móviles y velocidades de navegación– están en todo momento conectadas. Con un simple ejemplo se puede comprender la magnitud de esta revolución: 30,5 millones de personas son usuarias activas mensuales en España de Whatsapp. Esto implica que la mayoría de los ciudadanos del país emplea el servicio de forma regular.
La hiperconectividad en la empresa
Los ciudadanos se han acostumbrado a la facilidad de estar siempre conectados y esperan que el futuro lo mejore todavía más. Esto obligará a las empresas a estar alerta ante los nuevos retos y oportunidades que ofrece un entorno empresarial más conectado y formas de trabajar colaborativas, sin descuidar el rol que desempañará la tecnología y la transformación digital de sus negocios. El modo en el que trabajamos cambiará por completo y el workspace inteligente del mañana deberá tener en cuenta todos estos cambios.
En ANCO somos conscientes de que las compañías deben ser capaces de ofrecer nuevos servicios a sus clientes y de gestionar de un modo diferente el trabajo de su plantilla. Entre la vida personal de unos empleados que viven cada vez más hiperconectados y la vida laboral, habrá cada vez una mayor continuidad y las fronteras entre ambas serán más borrosas.
Esa conexión obligará a las compañías a ser más flexibles en cuestión de tiempo y espacio de trabajo, para satisfacer las peticiones de empleados que valoran cada vez más la flexibilidad y la conciliación laboral. Sin necesidad de invadir el tiempo personal de los empleados, la tecnología cloud computing ayudará a aprovechar todos los tiempos hasta ahora perdidos y facilitar el acceso a las herramientas de trabajo (programas, documentos, etc.), incrementando la eficiencia al desempeñar las funciones laborales.
Por ejemplo, el trabajador que viaja en un coche conectado lo empleará también para sus funciones profesionales, lo que obligará a integrarlo en el workspace. A las compañías no les quedará más remedio que reducir los problemas de trabajar en la nube o que afinar sus estrategias en seguridad.
Los expertos consideran que esta revolución obligará a cambiar cómo se dirigen las empresas y también qué se ofrece a los trabajadores. La transformación digital de la empresa se convierte en un punto clave: la hiperconectividad es uno de los pilares fundamentales en la digitalización de un negocio, que les permitirá seguir siendo competitivas.
El uso de tecnologías como el cloud computing facilita un entorno de trabajo más flexible, dinámico y conectado. ¡No esperes hasta el último momento! Las empresas más preparadas y conscientes del cambio que se avecina afrontarán mejor el paradigma de la hiperconectividad.